Sí, Hay Dificultades en la Biblia; No Errores

POR - enero 06, 2013

Uno de los ataques más comunes que los críticos hacen a la Biblia es, que supuestamente “la Biblia está llena de errores”. Y el punto que posiblemente el incrédulo quiere traer a la discusión es que si la Biblia tiene errores entonces no sería posible extraer de ese libro un precepto infalible, porque podría estar equivocado, y a fin de cuentas, si realmente tiene errores, la Biblia mostraría que no es más que un libro escrito por hombres y no por Dios. Así que, ¿por qué aferrarse tanto a un libro que no necesariamente está en lo correcto?


No Hay Errores. Cuando se dice esto acerca de la Biblia, significa que al conocer todos los hechos, las Escrituras en sus manuscritos originales, interpretados adecuadamente, muestran que son absolutamente verdaderas en todo lo que ellas afirman, sea que esto tenga que ver con doctrina o moralidad, o con las ciencias sociales, ciencias físicas, o ciencias de la vida.

La razón para nosotros afirmar que la Biblia no tiene errores es porque el Señor Jesucristo dijo que la palabra de Dios es verdad (Juan 8:32; 17:17).La Biblia ha sido inspirada por Dios (2Ti.3:16), porque él guió a sus profetas para que escribieran Su Palabra que les fue revelada, de forma exacta y precisa, y según el estilo propio de cada escritor. (2Pe.1:21).

Dios nunca comete errores, porque de lo contrario no fuera Dios. La Escritura declara de manera enfática que “es imposible que Dios mienta” (Heb. 6:18). Pablo dice que Dios no puede mentir (Ti.1:2). Dios siempre permanece fiel (verdadero) porque El no puede negarse a sí mismo (2 Ti.2:13). El salmista dijo “la suma de tu palabra es verdad…” (Sal.119:160). Siendo que Dios es veraz, y que él se reveló al hombre a través de su palabra (He.1:1-4), entonces podemos concluir lógicamente que el Dios de toda verdad nos ha dado una palabra de Verdad que no contiene ninguna falsedad en ella. Por lo tanto creemos que la Biblia es inerrante.

Sí, Hay Dificultades. Aunque la Biblia es la Palabra de Dios y, como tal, no tiene ningún error, sin embargo, no podemos negar que contiene dificultades. La Biblia contiene textos difíciles de comprender.

Pero como dijo Agustín, “si quedamos perplejos ante cualquier aparente contradicción en la Escritura, no es justo decir que el autor de este libro se ha equivocado; sino que el manuscrito está errado, o la traducción es incorrecta, o tú no lo has comprendido.” Los errores no están en la revelación de Dios, sino en las malas interpretaciones de los hombres.


Ya desde el tiempo en que se estaba escribiendo el Nuevo Testamento, el mismo apóstol Pedro reconocía que la Escritura inspirada que había sido escrita por el apóstol Pablo contenía puntos difíciles de entender los cuales fueron tomados por los incrédulos para torcer la verdad: “…como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.” (2Pe.3:15b-16).

La Biblia no tiene errores, pero los críticos cometen un error en las premisas de las que parten para presentar objeciones alegando que la Escritura se equivoca. Existen una serie de principios que son valorados unánimente por todos aquellos que defienden la inerrancia de la Biblia, aqui citamos algunos:

1. Lo que no está explicado no es necesariamente inexplicable.
Por más preparados que estemos, ninguno de nosotros posee todo el conocimiento y todas las respuestas a todas las dificultades que la Biblia tenga. El problema con los críticos incrédulos es que ellos asumen que todo aquello que no tenga una explicación se constituye en un error porque no lo podemos explicar. Pero esto no es un razonamiento correcto porque aún en una investigación científica cuando no se tiene explicación de un fenómeno no se asume que hay una “contradicción” en la naturaleza, sino que se continúa investigando hasta llegar a la verdad.

2. Las interpretaciones erróneas no significan una revelación errónea.
No confundamos una interpretación falible con la infalible revelación de Dios. Los seres humanos son finitos, y los seres finitos tienen un conocimiento limitado. No debemos asumir que un concepto en la ciencia que es dominante en la actualidad es la palabra final sobre algún tema.

3. El hecho de que un reporte sea incompleto no significa que sea falso. En ocasiones tenemos temas en la Biblia que han sido reportados por diferentes testigos, y la Biblia recoge el testimonio de estos testigos registrando la información de cada uno de ellos. El hecho de que estos reportes sean diversos, no implica que el hecho es falso, sino más bien que estos reportes son complementarios para nosotros tener una idea más completa de lo que pasó. Cada testigo o cada escritor que registra el resultado de su investigación colocó en el reporte algún detalle relevante que lo que hace es traer más luz.

4. Las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento no necesitan ser siempre exactas. Cada autor cita al AT y el NT de acuerdo a la enseñanza que quiere hacer referencia, y para eso, a veces lo hace literalmente, a veces lo cita de la LXX, en el caso del AT, y a veces lo hace libremente.

5. La Biblia no necesariamente aprueba todo aquello que registra. Es un error asumir que todo aquello que está contenido en la Biblia es recomendado por la Biblia. En la Escritura se registra algunas mentiras, por ejemplo de Satanás (Gen.3:4 comp. Jn.8:44) aunque nunca aprueba la mentira sino que solo la registra.

6. La Biblia usa el lenguaje común, no técnico. El hecho de que la Biblia no es un libro de texto científico eso no significa que sea erróneo, sino que la Escritura tiene un propósito distinto y sobre todo, escrito para que todas las generaciones antiguas y futuras lo entiendan. Algunos critican que en la lista de Levítico 11:13 dentro de las “aves inmundas” incluye al murciélago, el cual no es un ave, sino un mamífero volador. Debemos notar que la clasificación taxonómica de las especies no fue dada por la ciencia sino hasta el siglo XVIII por Carlos Linneo, quien ordenó las familias de acuerdo a cierto criterio. Lo que hace la Biblia para el judío es tomar la clasificación que se conocía en la época para que el pueblo estuviera claro en la lista de animales voladores que eran inmundos. De hecho, la palabra hebrea en Levítico 11:13 (owph) no es “ave” como hoy la conocemos, sino más bien “poseedor de un ala”, lo cual aplicaba tanto a las aves, al murciélago y a otros insectos voladores.

7. Un error en una copia no se iguala con un error en el original. Existen muchas variantes (una coma, un caracter, una letra, a veces una palabra mal copiada, sobre todo en el caso de las cifras numéricas que una pequeña rayita aumenta una decena o centena). Por ejemplo, en 2 Crónicas 36:9 dice que Joaquín tenía ocho años cuando ascendió al trono mientras que 2 Reyes 24:8 afirma que tenía dieciocho años. Este es un error de copia en el manuscrito en el segundo dígito hebreo y se acepta universalmente que Joaquín ascendió al trono a los 18 y no a los 8 años.

8. Las declaraciones generales no necesariamente significan promesas universales. Los críticos algunas veces se apresuran a concluir que las declaraciones incondicionales no admiten excepciones. Ellos toman versículos que ofrecen verdades generales y luego señalan con júbilo las obvias excepciones. Al hacerlo están olvidando que tales declaraciones sólo tienen la intención de ser principios generales. Por ejemplo el Salmo 37:25 David dice “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” entonces preguntan por Lázaro que mendigaba pan en la casa del rico en Lucas 16.

9. La revelación posterior reemplaza a la revelación previa. La Biblia fue escrita de manera que reveló al hombre la persona y la voluntad de Dios de manera progresiva. En el AT vemos al Padre obrando y prometiendo enviar al Mesías; en los evangelios vemos la promesa del Mesías hacerse hombre y morir en la cruz y resucitar; y en los Hechos y el resto del NT vemos a la persona del Espíritu Santo obrando en las iglesias conforme a la promesa de Cristo de que enviaría al Consolador.

Aparentemente el hombre era vegetariano al principio (Gen.1:29), pero vemos que las condiciones de la tierra cambiaron después del diluvio y Dios ordenó al hombre comer carne de los animales (Gn.9:3).

De la misma manera, al principio, antes de venir el Cordero de Dios, era necesario hacer sacrificios de animales para cubrir la culpa del pecado. Y esto se expuso como “sacrificios perpetuos para todas las generaciones”. Pero venido Cristo, estos sacrificios cesaron porque el Cordero Perfecto ya fue sacrificado.

En Resumidas cuentas, creemos que la Biblia no presenta ningun error, solo dificultades que pueden ser resueltas con un análisis consciente de su contenido. ¡Lée la Biblia Hoy!


Tomado de Apologética de Arturo Pérez

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