Grandes cosas a menudo vienen en paquetes pequeños, y en el campo de la nanotecnologÃa, los paquetes llegan a ser cada vez más pequeños. El término nanotecnologÃa viene de la medida del nanómetro. “Un nanómetro es la millonésima parte de un milÃmetro, y un cabello humano tiene alrededor de 80,000 nanómetros de ancho” (“Nanotechnology”, s.d.). La nanotecnologÃa intenta construir circuitos electrónicos, maquinarias y estructuras microscópicas al trabajar en la escala de las moléculas y átomos individuales. Se han vertido millones de dólares y cientos de miles de horas en este campo de investigación con el propósito de encontrar la cura para el cáncer, maneras de hacer a las computadoras más pequeñas y lograr otros descubrimientos tecnológicamente beneficiosos.
El 6 de junio de 2006, la versión en-lÃnea de Technology Review, una revista cientÃfica prestigiosa, incluyó un artÃculo titulado, “A Sponge’s Guide to Nano-Assembly” [“El Manual de una Esponja para el Nano-Montaje”] (Bullis, 2006). El sentido general del artÃculo es que las esponjas naturales parecen mantener la habilidad de montar estructuras provechosas de vidrio en el nano-nivel. Daniel Morse y su equipo de investigación de la Universidad de California-Santa Barbara han comenzado a imitar los procesos de ciertas esponjas con esfuerzos exitosos para mejorar la nano-construcción. Potencialmente, este nuevo descubrimiento pudiera guiar, entre otras cosas, a la creación de “baterÃas más poderosas y células solares muy eficientes a un precio más bajo” (Bullis, 2006).
Este avance cientÃfico es uno de muchos en el campo cada vez más popular de la bioimitación o biomimética—la rama de la ciencia que imita los procesos o estructuras encontradas originalmente en el mundo biológico. Concerniente a la habilidad de la bioimitación para ayudar a la nanotecnologÃa, Bullis anotó: “[U]na de las estrategias más prometedoras es intentar imitar la habilidad remarcable de la naturaleza para auto-montar formas complejas con precisión en la nano-escala” (2006). Básicamente, los cientÃficos más brillantes en el campo tratan de copiar lo que ven en la naturaleza.
El observador astuto no pasará por alto la implicación involucrada en esta investigación. Si los cientÃficos inteligentes usan sus facultades mentales al máximo solamente para imitar el diseño ya existente en el mundo natural, entonces el Agente Inteligente detrás de ese diseño natural debe tener una inteligencia superior a la de los cientÃficos. La idea de que tal nanotecnologÃa impresionante pudiera evolucionar durante millones de años a través de un proceso inconsciente como la evolución biológica no es plausible al considerar tal diseño natural y el entendimiento tecnológico.
Solamente reconocer el potencial vasto de las habilidades de la naturaleza agota los talentos de los cientÃficos más dotados, y aun más imitarlas exactamente o aproximarse a ofrecer algún tipo de mejora para el sistema. En realidad, la única explicación razonable para la existencia de tal diseño natural increÃble es la existencia de un Diseñador Inteligente—el Técnico Nano de la Naturaleza—el Dios de la Biblia.
El 6 de junio de 2006, la versión en-lÃnea de Technology Review, una revista cientÃfica prestigiosa, incluyó un artÃculo titulado, “A Sponge’s Guide to Nano-Assembly” [“El Manual de una Esponja para el Nano-Montaje”] (Bullis, 2006). El sentido general del artÃculo es que las esponjas naturales parecen mantener la habilidad de montar estructuras provechosas de vidrio en el nano-nivel. Daniel Morse y su equipo de investigación de la Universidad de California-Santa Barbara han comenzado a imitar los procesos de ciertas esponjas con esfuerzos exitosos para mejorar la nano-construcción. Potencialmente, este nuevo descubrimiento pudiera guiar, entre otras cosas, a la creación de “baterÃas más poderosas y células solares muy eficientes a un precio más bajo” (Bullis, 2006).
Este avance cientÃfico es uno de muchos en el campo cada vez más popular de la bioimitación o biomimética—la rama de la ciencia que imita los procesos o estructuras encontradas originalmente en el mundo biológico. Concerniente a la habilidad de la bioimitación para ayudar a la nanotecnologÃa, Bullis anotó: “[U]na de las estrategias más prometedoras es intentar imitar la habilidad remarcable de la naturaleza para auto-montar formas complejas con precisión en la nano-escala” (2006). Básicamente, los cientÃficos más brillantes en el campo tratan de copiar lo que ven en la naturaleza.
El observador astuto no pasará por alto la implicación involucrada en esta investigación. Si los cientÃficos inteligentes usan sus facultades mentales al máximo solamente para imitar el diseño ya existente en el mundo natural, entonces el Agente Inteligente detrás de ese diseño natural debe tener una inteligencia superior a la de los cientÃficos. La idea de que tal nanotecnologÃa impresionante pudiera evolucionar durante millones de años a través de un proceso inconsciente como la evolución biológica no es plausible al considerar tal diseño natural y el entendimiento tecnológico.
Solamente reconocer el potencial vasto de las habilidades de la naturaleza agota los talentos de los cientÃficos más dotados, y aun más imitarlas exactamente o aproximarse a ofrecer algún tipo de mejora para el sistema. En realidad, la única explicación razonable para la existencia de tal diseño natural increÃble es la existencia de un Diseñador Inteligente—el Técnico Nano de la Naturaleza—el Dios de la Biblia.